Sobradas notas se han escrito sobre la situación de Guillermo Coria y muchos emiten sus opiniones acerca de por qué no vuelve a la máxima competencia. Mientras él prefiere no tomar contacto con la prensa, nuevas noticias se pierden en el viaje destino final "información fehaciente". Lo cierto es que, aunque sobren los pronósticos agoreros y se asegure que ni siquiera el propio Coria sabe cuando volverá, hoy se entrena en Rosario buscando su mejor forma para un regreso fulminante a los courts.
El pasado martes se cumplió un año de su último partido y su fecha de regreso se postergó en varias ocasiones. Leves molestias físicas, reminescencias macabras de duros momentos por lo que pasó o no estar preparado mentalmente para la alta competencia pueden esgrimirse como los motivos de su ausencia, hasta hundirse en un mar de dudas, del que dice haber salido y estar con ganas de recuperar la varita. Coria, desde que daba sus primeros pasos, siempre tuvo una raqueta en la mano. En épocas de su formación nadie dudaba de lo alto que era su techo y, si existía un punto flaco, las incertidumbres pasaban por el físico o la falta de potencia, pero nunca por su parte más fuerte: su espíritu competitivo, y la obsesión por encontrarlo que más le dolía al rival al punto de hacertlo explotar.
Su caso de doping y su injusta sanción, más la final de novela Roland Garros '04, fueron los primeros elementos de un coctel, que explotó definitivamante su cabeza con la lesión en su hombro derecho, pese a la rápida recuperación que tuvo. Allí comenzaba el problemita de las dobles faltas, la gota que rebalsó el vaso.
La pasó mal. Hubo un duelo por el pasado y estacado tiempo, y hoy su objetivo es jugar algo antes de fin de año para ganar ritmo de cara al 2008. Las invitaciones a los torneos estarán, ¿Quién no quisiera tener al verdadero Coria entre las filas de su torneo?, por eso él se mantiene concentrado en su preparación, bajo un hermetismo de todo lo que se pueda decir, y espera el efecto rebote de su estrepitoza caída para volver ejectado a los primeros planos, pero sobre todo para volver a disfrutar de jugar al tenis y seguir contagiando a los amantes de este juego. Sin mas armas en la mano que una raqueta, el trabajo y su talento, Guillermo Coria busca su mejor forma para volver a ser el que fue.
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