Una nueva edición del Abierto de los Estados Unidos arranca mañana, lunes 27, y las vedette del certamen son nuevamente el 1 y el 2. Roger Federer y Rafael Nadal, máximas cabezas de serie, intentarán atraerse como imanes opuestos para llegar a una nueva final de Grand Slam: esta vez el teatro no será ni París ni Londres sino Nueva York.
El flemático serbio Novak Djokovic es el único que ha podido cambiar la tónica del dominio, venció a ambos en el Roger´s Masters Cup en Montreal camino al título. No obstante, el uno o el otro han ganado los últimos 10 GS y 21 de los últimos 28 torneos de serie Master. En el camino han entablado una rivalidad arrebatadora en el mundo del tenis.
Federer-Nadal, o Roger-Rafa para el universo de la raqueta, cumplen con todos los requisitos para fundar un duelo. Juegos inversos y disímiles, personalidades discrepantes e impulsos momentáneos. Federer, derecho, es un artista capaz de ejecutar cualquier tiro de libro, y algunos que ni siquiera allí están. Su juego alisado y suave parece a veces sobrado y sin la necesidad de usar más potencia para ganar un punto. Rafa, zurdo, tiene un tenis violento y profundamente intenso. Impacta con fuerza cada bola y esta palpitante en cada punto. Una rosca endiablada llena de efectos sus golpes de base.
Por derivación de sus incansables victorias a menudo se enfrentan: trece han sido los duelos personales con ventaja de Rafa 8-5. En un comienzo pareció que Rafa era el que mandaba en el anaranjado polvo de ladrillo, mientras que Roger era el señor de las demás superficies. Pero este año Federer le cortó la racha de 81 victorias en polvo en Hamburgo y Nadal estiró hasta un dramático 5to set la final de Wimbledon. Sus personalidades son dispares también: uno es cultor del formalismo, y el otro un histriónico atleta sin limites. Pero según dicen se llevan bien y no hay rastro alguno de animosidad entre ellos. Prueba de la amistad: después de Cincinatti Rafa perdió su vuelo para una nueva parada del tour norteamericano e instantáneamente, al enterarse de esto, Roger lo invitó a viajar en su jet. “El es el mejor y me impulsa a mi a mejorar”, Nadal dice. “Créanme, yo se lo bueno que es Rafa”, Federer también asiente.
Federer es el tricampeón reinante y, si bien Nadal nunca pasó los cuartos, el 9 de Septiembre, en el Arthur Ashe Stadium, posiblemente se de el capítulo XIV de esta batalla. Djokovic parece ser la única amenaza. En todo caso ya se empezaría a hablar de la trilogía por el dominio del tenis. La última gran cita del tenis nos pisa los talones y nuevas historias se escribirán.
El flemático serbio Novak Djokovic es el único que ha podido cambiar la tónica del dominio, venció a ambos en el Roger´s Masters Cup en Montreal camino al título. No obstante, el uno o el otro han ganado los últimos 10 GS y 21 de los últimos 28 torneos de serie Master. En el camino han entablado una rivalidad arrebatadora en el mundo del tenis.
Federer-Nadal, o Roger-Rafa para el universo de la raqueta, cumplen con todos los requisitos para fundar un duelo. Juegos inversos y disímiles, personalidades discrepantes e impulsos momentáneos. Federer, derecho, es un artista capaz de ejecutar cualquier tiro de libro, y algunos que ni siquiera allí están. Su juego alisado y suave parece a veces sobrado y sin la necesidad de usar más potencia para ganar un punto. Rafa, zurdo, tiene un tenis violento y profundamente intenso. Impacta con fuerza cada bola y esta palpitante en cada punto. Una rosca endiablada llena de efectos sus golpes de base.Por derivación de sus incansables victorias a menudo se enfrentan: trece han sido los duelos personales con ventaja de Rafa 8-5. En un comienzo pareció que Rafa era el que mandaba en el anaranjado polvo de ladrillo, mientras que Roger era el señor de las demás superficies. Pero este año Federer le cortó la racha de 81 victorias en polvo en Hamburgo y Nadal estiró hasta un dramático 5to set la final de Wimbledon. Sus personalidades son dispares también: uno es cultor del formalismo, y el otro un histriónico atleta sin limites. Pero según dicen se llevan bien y no hay rastro alguno de animosidad entre ellos. Prueba de la amistad: después de Cincinatti Rafa perdió su vuelo para una nueva parada del tour norteamericano e instantáneamente, al enterarse de esto, Roger lo invitó a viajar en su jet. “El es el mejor y me impulsa a mi a mejorar”, Nadal dice. “Créanme, yo se lo bueno que es Rafa”, Federer también asiente.
Federer es el tricampeón reinante y, si bien Nadal nunca pasó los cuartos, el 9 de Septiembre, en el Arthur Ashe Stadium, posiblemente se de el capítulo XIV de esta batalla. Djokovic parece ser la única amenaza. En todo caso ya se empezaría a hablar de la trilogía por el dominio del tenis. La última gran cita del tenis nos pisa los talones y nuevas historias se escribirán.
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