A la sombra de la Copa Telmex que quedó en manos de David Nalbandian, la gira Cosat tuvo también una nueva etapa esta semana y fueron dos los argentinos que pudieron cantar victoria en su tierra: Agustín Velotti ratificó los pronósticos y se coronó en 16 años, mientras que en 18 años brilló Juan Vázquez Valenzuela ganando el torneo en velocidad crucero.
El correntino Velotti confirmó en la cancha lo que todos dicen fuera de ella. Junto a un puñado más de chicos, él esta un paso arriba del resto y cada torneo es una franca evolución. En cuanto a Pichu, ningún rival pudo presentarle oposición y casi como regulando se llevó este ITF que lo deja ahí entre los 30º practicamente. La final no varió y siguió la tendendia, apabulló al francés Puget por 6-0 y 6-0.
La historia dice que en el candelero sólo quedan los nombres de los que triunfan y no de los segundos, pero esta predica varía rotundamente en el mundo Junior. La realidad de cada jugador es distinta cada semana y la experiencia en cada torneo también es única para cada uno de los jugadores, aunque todos corren por el disfrute de la competencia y el recorrer cada escalón que se sube en el proceso de querer ser tenistas profesionales. Por esto que son varios los nombres que se fueron pipones: Juan Ignacio Galarza otra vez hizo semis. Dando ventaja desde lo físico, semana a semana va sumando lapices en su cartuchera europea y sueña con ganarse la beca para regar las canchas del viejo continente. Promisorio fue también lo de Juan Pablo Paz, que siendo primer año de la categoría jugó un tenis efectivo con el que escaló hasta los 4 últimos y así empieza a hacer que su nombre tenga peso en el mundillo Cosat. En cuanto a las chicas, Francesca Rescaldini, en 14, y Aranxa Salut, en 18, fueron subcampeonas. Además Constanza Vega y María Azul Cortiana también fueron semifinalistas en 14, una categoría que tuvo 3 de 4 argentinas en las últimas cuatro. Poco, pero cuando hay hambre no hay pan duro...
Párrafo aparte para Andrea Collarini que aprovechó al máximo el WC recibido por su sprint inicial de antaño en sub 16. En su primer ITF sumó 4 triunfos antes de caer frente a quien a la postre sería el campeón, pero la contundencia con que jugó debe marcarse con resaltador. Su bola ya tiene el peso de la de un profesional y la claridad táctica para encadenar los puntos es un matiz que tiene la aprobación asegurada. Su futuro ansía nuevos horizontes, las incertidumbres se disipan en las tinieblas y las confirmaciones de su potencial generan esperanzas. Andrea es cosa seria y esta semana volvió a demostrar porqué.