jueves, 21 de junio de 2007

Wimbledon: tradición británica al deleite de Roger Federer


Entre los pronósticos meteorológicos reservados y el tenis inapetente de los últimos tiempos, Roger Federer buscará irradiar a los amantes de la raqueta e irá así en busqueda de su quinto Wimbledon consecutivo para igualar la marca del sueco Bjorn Borg. En la tierra más tradicional del tenis, frente a la aristocracia británica que disfruta sus strawberries & cream, Federer se transmuta y se convierte en un animal, que parece jugar a otra cosa distinta del tenis. El siente que allí es donde pertenece; allí es donde sabe que puede ganar; allí es donde por los últimos cuatro años ha sido imbatible, y allí es donde buscará nuevamente coronarse como rey indiscutible.
El All England Club ha anunciado, hace algún tiempo ya, que para el 2009 el estadio principal tendrá un techo corredizo, cuyas obras ya han comenzado pero debieron aplazarse para que pueda disputarse una nueva edición de este torneo. Lo cierto es que en este 2007 el estadio central parecerá un árbol en pleno otoño, cuajado y sin amparo alguno frente a las desconcertantes lluvias londinenses. Será la primera vez desde que fuese inagurado, allá por 1920, que la cancha de tenis más famosa del planeta estará sin ningún tipo de cobertura.
Para todo aquél que tenga la suerte de darse una vuelta por Wimbledon, el primer consejo sería aconsejarle que lleve un paraguas, pero este año más aun. Sólo queda resignarse y cruzar los dedos para que las condiciones del tiempo no sean como de costumbre: agua, agua y más agua. Por otra parte, difícilmente se vuelvan a ver las histriónicas rabias de Jonh Patrick McEnroe frente a un fallo dudoso. Los ojos estarán puestos en el debut del Hawk-Eye, introducido por primera vez en la Catedral, que evitará, al menos en la teoría, irascibles escenas ochentosas. Si la máquina dice out, a llorar a la iglesia.
Mientras pasan los días y el comienzo del torneo más tradicional se acerca, las casas de apuestas echan humo, pero pocos son los que se atreven a pronosticar un triunfo distinto del de Federer. Ya sean periodistas, leyendas o cualquier persona, nadie duda al aseverar que el suizo será principal protagonista y cargará con el rótulo de máximo candidato. No obstante con la percha que él tiene cualquier prenda le sienta con holgura. Un escalón por debajo vienen una manada de jugadores, todos
pretendientes al trono del gran Roger. Rafael Nadal, convencido de sus capacidades tras la final del 2006, encabeza la lista de espera que también integran Roddick, dos veces finalista y ahora bajo el ala del legendario Jimmy Connors, el serbio flemático Djokovic, que después de chapotear en Roland Garros buscará generar aquí una ola aún mayor, el bombardero Berdych, y la esperanza local Andy Murray, que aun no confirmó su presencia pues se recupera de una complicada lesión en la muñeca derecha.
Los argentinos intentarán sacarse los patines. Los que mayor chance de hacer pie tienen son David Nalbandian y Guillermo Cañas. El unquillense se adapta perfectamente al césped y es sabido que es un abonado a las grandes citas, aunque cargue con un año de poco ritmo de competencia. El gladiador de Tapiales es un todo terreno a prueba de balas, siempre en busca de una nueva arremetida. Juan Martín Del Potro es el as bajo la manga que tiene la legión, pese a que aun no ha alcanzado su techo. Su saque provoca un mayor daño en pasto y sus golpes punzantes también lastiman. Con apenas 18 años, el tandilense ya ocupa el puesto nº 55 del ranking mundial y día a día, a medida que su juego progresa a pasos agigantados, desmiente con la raqueta el aire atolondrado y poco fiable de su quijotesca figura. Si la lluvia lo permite, este domingo se abre la cerca del verde césped de Wimbledon. Pasen, vean y disfruten!...

sábado, 16 de junio de 2007

Juany Galarza, un sueño de crack

Con toda la timidez y la exhuberancia a flor de piel de un chico de trece años, Juany llega al club para entrenarse. Serán alrededor de una hora y media en las que le pegará a la pelotita amarilla con todas sus ganas y variados efectos desde cualquier ángulo, siempre con una sonrisa de oreja a oreja. La rutina se repite tres veces por semana, y se complementa con el trabajo físico que corresponda según la ocasión.
Muchos pueden pensar que una actividad tan intensa en cuanto a carga horaria, podría generar diversas presiones en un chico de su edad, pero él despoja todas las dudas. Camina la cancha con una altivez natural, la cabeza erguida, la vista inmóvil sobre cada bola, el paso rápido, la nariz afilada, y juega de un modo que lo hace parecer inmune a la gravedad, disfrutando cada segundo que esta dentro de los courts.
Una actitud calmosa carente de expresiones notorias hace que Juany nunca pierda la compostura y exceden un bagaje técnico envidiable. Un revés depurado es lo más vistoso de su amplio repertorio, que seguramente crecerá notablemente con los años. En el tenis hay cualidades de probeta, se nace o no con ellas, y difícilmente puedan enseñarse: aun en competencia, que el tenis sea un divertimento para él es algo que todos quisieran sentir de esa manera, además de entender que, sin dejar de ser ofensivo, para ganar hay que cansarse de pasar, según como lo decía Bjorn Borg hace ya casi 20 años.
El pasado año, el ranking nacional sub 12 vio su nombre en el tope. En noviembre se puso la camiseta argentina para representar al país en el sudamericano de la categoría, disputado en Paraguay. Y vaya de qué manera lo hizo, pues se llevó todos los singles que jugó dejando sólo un set en el camino. Además de hacer las cosas que cualquier chico de 13 años hace, Juany pasa sus días entrenando en el club Italiano de Escobar, de la mano de su papá Oscar. Los próximos años serán los de mayor desarrollo y crecimiento para él. El camino al profesionalismo es trabajoso y se deben respetar etapas, pero el tenis ya es prioridad en su cabeza y la madera está, falta pulirla y sacarle brillo.
Juan Ignacio Galarza es un promisorio proyecto de jugador de competencia, pero primariamente es un orgullo, de causas nobles y virtuosas, para sus padres y para todo aquel que lo haya tratado: un samaritano, un alma humilde y altruista dedicada abnegadamente a refrescar la memoria de los buenos modales y la educación. Sólo el destino sabe cuan lejos llegará en su aventura tenística, pero sin dudas que, con sus valores, la vida verá como se hace camino al andar.
Esta nota es una ilusión, y como tal estará sometida a todos los riesgos. Podrá rayar la exageración y algunos dirán que atenta con el desarrollo del protagonista. Lo cierto es que nuestro tenis, cada vez más anémico, necesita de ilusiones para recuperar la fe, entonces por eso nos introducimos en el mundo del buen tenis, de galera y bastón y un fiel representante que así lo practica. Juan Ignacio Galarza, una promisoria realidad y un sueño de crack.

domingo, 10 de junio de 2007

Nadal otra vez rey de París



Rafael Nadal y Roland Garros tienen un affaire digno de mención. Con la misma indiferencia que corren las aguas por los ríos y pasa el viento por el desierto, Nadal limpia a sus rivales en la Philipp Chartier. Nadie sabe lo que es cantar victoria frente al manacorí en París, incluido Roger Federer y su caudal majestuoso de records. Con un marcador global de 6-3, 4-6, 6-3 y 6-4, y tras tres horas y diez minutos de juego Nadal se llevó hoy su tercera corona al hilo y sigue invicto en París.
El suizo intentó y luchó, pero siempre chocó con una barrera infranqueable, un rival al que pareciese que la única manera de ganarle un punto es matándolo. Cultor a ultranza del oportunismo, Nadal apretó el acelerador en los momentos calientes y supo llevar el termómetro del partido según lo necesitaba. La mejora en su saque, su revés cruzado, la derecha, la capacidad para devolver una bola más que el contrario y el altísimo poder de concentración terminan por ofrecer la estampa de un jugador indestructible.
El brasileño Guga Kuerten (ojala podamos verlo nuevamente con ropa deportiva y no de traje), el latinoamericano más ganador en París, campeón en 1997, 2000 y 2001, entregó los premios, siendo ahora Nadal el sexto hombre en ganar tres veces sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros. La diferencia es que Nadal lo consiguió en tres temporadas seguidas y es el segundo triplete de la era profesional, que no ocurría desde que el sueco Björn Borg se impuso en cuatro ocasiones, en 1978, 1979, 1980 y 1981. Rafa entra en el olimpo de las tres victorias junto a los Lacoste, Wilander, Lendl o Kuerten, aunque aún están lejos los seis títulos de Bjorg,y se convierte así también en el representante de la 'Armada' española con más 'Copas de los Mosqueteros', por sobre Santana y Bruguera, y a la par de Arantxa Sánchez Vicario, quien logró tres victorias en este torneo, pero no de forma consecutiva.
De esta manera, París continúa siendo un espejismo para los grandes exponentes del tenis de ataque. Sampras, McEnroe, Becker, Edberg y ahora Federer nunca pudieron consagrarse en estas tierras de lenta arcilla. Pero lo de Federer es distinto, pues se desvela soñando con ganar este título, el único de los 4 grandes que no ha podido conseguir aún. Y este parecía ser su año. La proeza en Hamburgo lo ilusionaba, pero el final fue nuevamente el mismo. Su cara del final expresaba su frustración, pero allí, en la premiación, dio una nueva muestra de lo grande que es y aseguró: "Es un torneo en el que cada vez me siento mejor y quiero más". Ya pudo trepar dos veces consecutivas a la final, y ha vencido a todos menos a Nadal. El sueño se mantendrá latente hasta sus últimos días en el tenis ya que el orgullo ganador del helvético no se sacia sin este título, y la historia seguirá siendo su mayor rival.